BARLOVENTO
En el siglo XVI comenzaron a entrar los
europeos a Barlovento, llevando consigo las instrucciones de la Corona Española
y el soporte ideológico de la Iglesia Católica para realizar sus actividades de
colonizaje y explotación. Siendo
Barlovento tierra firme, el propósito español, después de su inútil búsqueda
del Dorado, fue convertirla en zona agrícola. Las condiciones naturales las
había: tierra fértil, clima cálido, ríos, montañas, mar, todo se combinaba para
hacer de esta tierra el paraíso de la agricultura.
Se iban asentando los centros poblados por
iniciativa española y con el desafortunado criterio colonizador de esclavizar a
los nativos de las regiones sometidas, la población indígena fue mermando y
para superar el déficit de mano de obra y continuar la ampliación de los
cultivos, se inició la importación de esclavizados africanos en grandes
cantidades, cuyos descendientes constituyen, en la actualidad, el elemento
humano preponderante en Barlovento.
En la actual división político-territorial a
Barlovento lo conforman los Municipios Autónomos: Acevedo, Andrés Bello, Brión,
Páez, Buroz y Pedro Gual.
Curiepe pertenece al Municipio Brion.
CURIEPE
Curiepe fue fundado en el año 1732 con el
nombre de Nuestra Señora de Altagracia y San José de la Nueva Sevilla, posee un
área de 145 Kms.2, dividido en los siguientes sectores: Tacariguita, Morón,
Pantano, Salgado, Cambural, Ganga y el propio pueblo.
Ubicado en la parte oriental de la Serranìa
del Litoral Central y perteneciente a la Cordillera de la Costa, se encuentra
en zona tropical, presentando una temperatura media anual de 27, 5 grados
centígrados.
Curiepe fue el primer pueblo de Venezuela,
fundado por esclavizados libertos. Esto
le ha otorgado a la cultura curiepera una personalidad muy particular, que la
diferencia del resto de las culturas nacidas a partir de la inserción obligada
de los africanos en la cultura que se gestaba en el intercambio desigual entre europeos
e Indígenas.
SAN JUAN
BAUTISTA
La fiesta de San Juan Bautista en Curiepe es
la más importante en su calendario festivo.
Fiesta que tiene su origen en la imposición de divinidades por parte de
la Iglesia Católica y la posterior conversión de los esclavizados en católicos.
Esta importante celebración se realiza los
días 01, 23, 24 y 25 de junio, siendo el 1 día del Repique, el 23 la Noche
Buena, el 24 día de San Juan y el 25 día del Encierro.
Los tres primeros días se inicia la
celebración con el repique simultáneo de Tambores y Campanas a las 12 en punto
del mediodía, pero solo el día 24 sale San Juan de la Iglesia.
Repique – 1ero. De junio:
Con una multitud expectante frente a la
iglesia, a las 12 del mediodía comienza el repique simultáneo de tambores Mina
y campanas. El tambor Mina sonará cerca
de media hora en ese lugar, para luego dirigirse al extremo opuesto de la plaza
donde sonará hasta las 6:00 de la tarde, y cerca de las 2:00 p.m. en otro
extremo de la plaza comienzan a sonar los tambores Culo e´puya. Este día es como un”abreboca”, siendo el
inicio del ciclo de San Juan Bautista en Curiepe. Ese día no sale San Juan, solo sus tambores
resuenan anunciando la llegada de sus fiestas.
Noche buena de San Juan – 23 de junio
Al igual que el día 1ero, una multitud espera
el repique simultáneo de campanas y tambores al frente de la iglesia, pero ese
repique ahora representa el inicio de los tres días de fiesta en los que los
curieperos y sus visitantes rendirán sus alegrías, sus bailes, sus cantos y sus
toques a su adorado San Juan.
Ese día también el tambor Mina se dirige al
otro extremo, pero esta vez sonará ininterrumpidamente hasta el amanecer del
día 24.
Mientras tanto en la Casa de la Cultura, con
frutos, flores y ramas autóctonos, se está montando el altar que albergará a
San Juan durante los tres días de fiesta. Cuando el altar está a punto, todos se dirigen
a la Casa de San Juan, con los tambores Culo e´puya a buscarlo. Allí se le hace un rezo, y se le hace el
primer toque de Culo e´puya, se le hace otro fuera de la casa, y luego al ritmo
del Malembe se le traslada a la Casa de la Cultura.
A partir de la llegada de San Juan a la Casa
de la Cultura se inicia el toque y baile continuado de los Tambores Culo e´puya
durante toda la tarde y noche, hasta el amanecer.
Día de San Juan Bautista – 24 de junio
Desde el día 23 se comienza a adornar la
iglesia para la misa, y el día 24 la iglesia en toda su exhuberancia se abre
para recibir a los devotos de San Juan, quienes, hermosamente trajeados de
blanco y rojo, plenan cada uno de sus espacios.
La misa comienza a las 10 de la mañana y San
Juan llega estrenando su mejor traje, seguramente obsequiado por alguno a quien
él, le ha brindado alegría, salud y paz.
Igualmente va cargado de bellas flores y con un letrero hecho en pan que
dice “San Juan Bautista, Curiepe” en la cúspide de su nicho.
Llega, como siempre, acompañado por el
Malembe, y así comienza su misa….
En ella, entre los padre nuestros, las ave
marías, y los abrazos de la paz se tocan el Mina y los Culo e´ puya,
manifestándose la armonía entre lo religioso y lo sagrado popular, presente en
los corazones curieperos.
Y a las 12 en punto, sale de la iglesia. Con el repique simultáneo de tambores y
campanas San Juan se presenta majestuoso, ante sus devotos arrobados de amor y alegría, quienes cantan, bailan,
saltan y ondean pañuelos rojos a través de los que ofrendan su alma a San Juan
en su día.
Luego de la paroxía de ese momento, San Juan
con su Malembe se dirigen a casa de alguno de sus devotos quien ha ofrecido,
como pago de promesa, recibirlo en su casa y ofrecer a todos los presentes,
comida y bebidas.
A las 6:00 de la tarde se dirige a la Casa de
la Cultura, donde se le tocará y bailará Culo e´ puya, nuevamente, hasta el
amanecer.
Encierro de San Juan – 25 de junio
Se inicia cerca de las 2: de la tarde, cuando
San Juan sale de su casa a realizar un recorrido por todo el pueblo, para
posteriormente ser “encerrado”, acción que decreta el final de la fiesta, hasta
el año siguiente.
Al igual que el día anterior, Se le hace un
primer toque de Culo e´ puya en su casa y luego otro al salir a la calle. De allí cumplirá con un recorrido
pre-determinado que lo llevará a bailar tambor Mina en cada esquina del pueblo
y tambor Culo e´puya en la mitad de cada cuadra, manteniendo esa secuencia
hasta llegar al frente de la iglesia, allí la multitud jubilosa despide a San
Juan bailando con desenfreno, hasta que en un momento las puertas de la iglesia
se abren y entra San Juan. En ese
momento los tambores callan y se da por terminada la fiesta.
En los últimos años, después de este momento los
tambores Mina retornan a la esquina de la plaza donde han estado sonando
durante los 3 días, y aunque algunos continúan bailando, ya la motivación
principal ha desaparecido y suele irse apagando poco a poco.
SIGNIFICACIÓN
Para los curieperos, la Fiesta de San Juan
Bautista representa la ocasión de reencontrarse con su historia a través del
vínculo divino con San Juan, la ocasión de tocar el cielo, o que el cielo baje
a la tierra. En tiempos de San Juan el
mundo simbólico de los curieperos convierte cada acción, cada momento en magia,
en milagro. Todo adquiere un sentido y
una significación especial y todos tienen plena conciencia de que lo que sucede
en tiempo de San Juan, ocurre solo en ese tiempo y que es producto de la
energía que él desperdiga en todo y en todos.
Es como si se entrará en un tiempo y en un
espacio de energías alteradas, sublimadas,
en el que todos participan. Por
ello los curieperos no tocan y bailan Culo e´ puya sino en tiempo de San Juan,
ya que esa energía confiere al tambor, su toque, su canto y su baile una
significación mística siendo así como el cuerpo ofrenda su baile a San Juan
como pago de promesa.
Entonces el Culo e´ puya se ofrenda a San
Juan, convirtiéndose así en un ritual casi sagrado.
Para los curieperos es una afrenta que
durante la fiesta entren a bailar personas que no sepan hacerlo, ya que “rompe”
con la intensidad de la energía que se está manifestando y es menester
retomarla. En ese sentido, pueden alcanzarse
altos niveles de compenetración entre todos los involucrados: tocadores,
cantadores y bailadores que podrían semejar un estado de éxtasis.
Sin embargo, en el Tambor Mina, aún cuando
también la emotividad es muchas veces desbordada, tiene un origen diferente, ya
que no está San Juan presente y es el ritmo constante y penetrante del tambor
lo que la genera.
BAILE DEL MINA Y CULO E´ PUYA
El valle de Curiepe se adorna en junio de
cada año con palmas, flores, tambores y cantos; y los cuerpos solidarios con la
intensidad y el calor de la fiesta, manifiestan su encanto al compás del Mina y
el Culo e´puya en una ofrenda emocionada a San Juan en su día.
En el Mina el cuerpo entero responde a las
proposiciones de la curbeta y los laures, ondeando como una palma sacudida por
el viento. La cadera marca a cada lado
el golpe fuerte de la curbeta, mientras los pies se dejan seducir por el ritmo
de los laures.
Los brazos que suben y bajan ondean pañuelos
rojos que semejan aves encendidas, liberadas por el ritmo de la Boca del tambor
Mina.
Baile colectivo, en el que San Juan suma
bailadores, que le rinden culto con el cuerpo, saltando cuando repican los
laures, o tomándose por la cadera en una cadena sin fin.
Unos bailan por pareja, seduciendo y
dejándose seducir por el sudor y el tambor; otros, con la mirada perdida al
infinito, bailan en un diálogo crucial con San Juan: conversación de adentros.
El Culo e´ puya es un baile de salón, en el
que la actitud elegante ennoblece la fiesta.
El cuerpo en actitud imponente, con las rodillas flexionadas, la espalda
recta, la barbilla levantada y la mirada desafiante.
Los bailadores entran en la polirrítmia del
tambor, sumándose a ella con el ritmo de su cuerpo, en el momento crucial en
que todos convergen: prima, cruzao, pujao y el pie del bailador.
La bailadora flota en el espacio y su pareja
le sigue, rendido ante el encanto sugestivo de su ritmo y su mirada; hasta que
ella, en un gesto de supremo amor, que según dice, semeja el apareamiento de la
gallina y el gallo, se acurruca girando
alrededor del hombre, y éste la cubre protegiéndola de un lado y del
otro, hasta que ella decide terminar y es sustituida por otra pareja que
repetirá hasta el infinito ese momento sublime del apareamiento, fuente de
vida.
LOS
TAMBORES
EL MINA
Se denomina así a la batería de tambores que
consta del Mina, la Curbeta o Curbata y los Laures, quienes forman una
polirritmia.
TAMBOR CURBETA (o Curbata)
Es un tronco grueso de un largo aproximado de
80 Cms. De largo y 44 Cms. De diámetro; con un parche sujeto con cuñas de madera
en forma de gancho que se clavan en su cuerpo, y se para sobre 3 o 4 patas
modeladas en forma de ¨V¨ en el cuerpo del tambor. Se percute con dos palos
gruesos y siendo la Curbeta la que lleva la base rítmica del tambor, requiere
que su tocador posea un oído rítmico excelente, pues debe mantener el ritmo en
forma constante y sin variantes.
TAMBOR MINA
Es un tronco grueso de un largo aproximado de
1,80 0 2,00 Mts. Con un parche sujeto con cuñas de madera en forma de gancho
que se clavan en el cuerpo del instrumento.
Se recuesta sobre dos palos largos en cruce de equis, llamados Cruz de
San Andrés. Se percute con dos palos gruesos, apagando el sonido con la mano.
En la Boca del Mina se adorna o “echa” y es la parte más excitante del tambor,
ya que en ella el tocador desarrolla toda su creatividad.
CONSTRUCCIÓN
Los tambores Mina y Curbata de una batería en
particular, generalmente se hacen del mismo árbol, que pueden ser de Aguacate,
Roso Guayabo, Urape o Araguaney. Se
hacen de árboles huecos que han sido minados por las hormigas, pues de otra
manera se haría muy difícil ahuecarlos, por lo grandes que pueden llegar a ser.
La mayoría de los fabricantes de Mina
convienen en que la mejor época para cortar un árbol para un tambor es durante
la luna llena o menguante. Si se corta
en cualquier otro momento, en particular, durante la luna nueva, es muy
probable que se infecte con comejenes poco después de fabricados.
Las membranas o cueros que se usan en estos
tambores son de venado, y en ocasiones de vaca, aunque este último disminuye
bastante su sonoridad. Estas son fijadas
al cuerpo del tambor mediante cuerdas amarradas a cuatro cuñas de
aproximadamente 20 cms. De longitud, y cortadas del mismo árbol e insertadas en
su cuerpo; los agujeros son rectangulares y se hacen con cincel, hacha o punta
de machete.
TAMBORES REDONDOS O CULO E´ PUYA
Son 3 tambores de madera liviana (Lano)
bimembranofonos (con 2 membranas) a los
que se les percute solo uno de sus parches o membranas, colocándolo entre las
piernas y golpeando alternadamente con un palo corto (de naranjo) y con la
mano.
Comienza el toque el tambor Prima, que es el
que lleva la base rítmica y al que se unen el Cruzao y el Pujao. Cada tambor lleva una rítmica diferente,
además de las diferencias sonoras que ofrece el diámetro del tambor y la forma
de tocarlo, sea en el centro, en la orilla o apagando el sonido; juntos logran
una polirritmia donde cada uno, siendo independiente, mantiene la medida o
rítmica del toque.
Acompañan al golpe de tambor Culo e´ puya
varias maracas y el canto de tonadas por un solista y coros. El solista
improvisa cambiando la tonada en cualquier momento, seguido por el coro; debe
poseer habilidad para improvisar, pues es él con sus cantos quien orienta a la
pareja que baila sobre las figuras que debe efectuar y le motiva a vincularse
con el baile.
Los materiales que se utilizan para su
construcción son: Madera de Lano o Balsa, cuero de venado hembra o pereza macho
y guaral de algodón o nylon. El Lano
debe cortarse en época de cuarto menguante, ya que en ese momento la savia está
abajo y se evita que le pique la polilla, también para evitar que se parta.
Por dentro deben tener medidas específicas
según la forma y el sonido que deben emitir.
Dentro deben tener forma de reloj de arena. En el Pujao la parte superior debe ser mas
corta que la inferior; en la Prima y en el Cruzao la superior debe ser mas
larga que la inferior, la diferencia –casi siempre- es de 3 a 5 cms. También es diferente el grosor de la boca de
éstos 2 tambores: la Prima lo tiene de 1,5 cms. Y el Cruzao 2,6
aproximadamente. Estas diferencias
garantizan la variedad del sonido y la belleza de la polirritmia